PECADO
Sí, es a ti a quien miro
con este brillo en los ojos
que guarda la negrura del deseo.
Con esa media luna
que te habla de una cama mullida
bajo el terciopelo de tu espalda.
Los labios entreabiertos
dejan claves en murmullos tibios
y en suaves suspiros percibes
las mil mariposas volándote en tu centro.
Si, es a ti a quien miro de soslayo
Y no tienes fuerzas para seguir el rumbo
sin detenerte a navegar
en mis aguas
turbias de delirios locos,
atrevidos,
inciertos.
Y te quedas quietecito,
con la certeza de que tarde o temprano
bajará el telón
Y en las sombras, te retorcerás agradecido.
Mientras yo regreso a mis rutinas
guardando mi pecado
en un cofre de ébano y espumas.
Carmen Amaralis Vega
HUESOS EN FLOR
Sigo amando,
Vuelvo a amar.
Qué más da si hoy duele
mi amor de ayer.
Ese que lastimó mi delicado ego.
El que dijo que era mío hasta la muerte.
Si, claro, hasta la muerte de su amor.
Hoy estoy lista para volver a amar.
No creo en lutos falso.
Mi corazón lo pide a gritos-
Ama, ama, ama…
Que los amores nuevos florecen
en estiércol duro,
en el fermento que dejó
el aliento imperfecto de otros labios,
resecos y muertos
de aquel viejo amor de ayer.
Vuelvo a querer amar
porque los besos nuevos
volverán a saber a frutas frescas,
a cerezas rojas,
a nísperos,
a glorias.
Y un nuevo brillo encenderá
mi antorcha
con el hambre infinita del amor,
porque nací para amar,
y tengo la intención
de seguir amando
hasta que muera y
mis huesos renazca en flor.
Carmen Amaralis Vega
AGONÍA
Hoy la niebla la resguarda,
Le canta a la vida convertida en luz.
Y en todos sus palacios se siente el deseo enarbolado.
Canta la mañana a los dedos que le tocan suaves,
tierno tacto que perciben sus labios sellados.
No llega la palabra correcta,
la esperada para el amor,
la que no debe requerirse,
ni dejarla perder en la mirada ausente.
Unos brazos la doblegan,
Y no hay dolor que le venza
ni espera tornarse violeta en la faena.
Se dobla entre el pasto verde y las cenizas.
Y sus gritos se hacen remolinos en el aire.
Para el amor hasta la vida es poco.
Carmen Amaralis Vega