DAVID INMACULADO
No te has ido,
sigues ahí,
pegado a la memoria.
Murmullo morboso, tú.
Telaraña en mis ojos,
Ahí, donde duele,
alacrán de mármol blanco,
aguijoneándome,
lacerándome.
Mirándome a los ojos
en relámpagos fríos,
fúnebres.
Petrificado en mi altar,
David inmaculado,
manos grandes de caricias yertas, tú.
Caricia amurallada
sobre mi colina, tú.
Gota de aceite hirviendo
en mis pupilas.
Y yo, tratando de alcanzar tus venas.
Carmen Amaralis Vega
DESPEDIDAS
Busco la carne donde extraño la esencia
y entre duelos y risas,
entre la cal y el beso,
un adiós.
Sobrarán las espinas donde besé la rosa
Ya no espero ni pienso.
Se encenderá el camino
cuando apague la hoguera
de mis negros incendios.
Llevo el alma cargada,
pesa tanto…
Y es que muero de amar
y queriéndolo todo me ahogo en los "te quieros"
cuajados de recuerdos.
Carmen Amaralis Vega
REVIVIR EN SOMBRAS
Se disfrazó la tarde con el negro-azul de la existencia. Crucé las horas con la casa a cuestas. Volteé la esquina de los pensamientos y un flujo amargo abandonó mi piel.
Me tocó nacer de nuevo.
Con los ojos bien abiertos
acepté las nuevas bendiciones.
En los dedos tiernos
no hay rasguños,
no hay rostro agrio
ni rebeldía.
Pero no encuentro cosas para amar.
Espanta la misma podredumbre en la vereda.
Carmen Amaralis Vega