INTIMIDAD
Quiéreme, a solas,
sin testigos,
que el beso que te tiembla en la mirada
se me pierda en el alma
y grite el cuerpo.
Desnúdame
tierna, liberada,
que llego a tus pies para mirarte…
culebra rígida,
hilvanando sueños.
Quiébrame las ganas en tu lecho,
cabálgame insaciable la malicia,
y cuando sepan que te sigo viva
cegarán de envidia
los perversos.
No he de querer ya más,
¿Por qué decirlo?
Si soy mujer que busca en el sagrario
la intimidad que guarda adormecida
la musa que me inspira el verso.
Carmen Amaralis Vega
ORÍGENES DE INICIOS
En el inicio
vientos y destellos comienzan el proceso.
Con el misterio de volar
emergen alas.
De escondrijos y nubarrones
va surgiendo fuerte el cielo enarbolado.
Es menester cubrirse de cisnes
si su canto invade,
y se visten de nácar los cuerpos.
En el origen del suspiro,
con mímicas y danzas
se escoge la sonrisa y la mirada intensa.
El bordado va quedando hermoso,
respiro hondo antes de iniciarme.
Carmen Amaralis Vega
OTROS TIEMPOS
Era diferente cuando soplabas sobre mis parpados
y de pronto los caracoles se vestían de verdes,
y la niebla deshacía mis manos abiertas.
Demasiadas caricias para guardar,
demasiadas ilusiones huecas
flotando en la distancia.
¡Pobre estatua de salitre y bronce!,
resguardaba la cera derretida sobre el manto del mar
y las burbujas de champagne
embriagando un cuerpo despojado de la piel del viento.
Sí, era diferente cuando dejabas un vértigo suspendido en el aire,
un retorno aguardando risas,
una boca carcomida en llanto
con la lluvia de octubre ahogada en los ojos
Nunca sabrás de la sal que hizo surcos
sobre la copa del vientre,
ese que solo reconocía el dolor en el aire dibujado
con las muecas de tu adiós.
Carmen Amaralis Vega