LIBERTAD
No te retengo más, no.
Conozco de tus ansias de volar alto, lejos.
ver el mundo es tu delirio,
las violetas en los valles sagrados,
las espinas de la cruz sobre el camino,
y tocar las alas de las aves en los cielos
mientras planeas sobre cuerpos desnudos.
Sé que te enciendes en las llamas mirándote al espejo,
ese que muestra tu imagen satisfecha
de lograr lo que quieres en la vida.
La que guarda todas tus fantasías,
ávido de conquistar triunfos, halagos.
No te retengo, no.
Te brindo espacio donde estás.
Estoy tranquila.
Reconoce tú mismo
la distancia que separa nuestras vidas.
Porque amar es regalar libertad.
Carmen Amaralis Vega
REMOLINOS DE SANGRE
Miré la tumba mojada, fría,
Y la abrasé fuerte, sí, muy fuerte.
Allí dejaba parte de su corazón,
de sus entrañas,
con sus ojos, cara y cuerpo.
Allí se quedaba bajo tierra
aquel ser que un día arrulló,
mimó en sus brazos, en su pecho,
y le dio néctar de sus senos.
Cómo decirle a ese corazón fragmentado
que no llore,
que no se quiebre de ese dolor desgarrante.
No, no pude,
Me retorcí con mi dolor secreto y
simplemente me permití llorar.
Y lloré mares, ríos, lagos.
Sí, me permití llorar con ella,
por su hijo que murió
Y el mío que nunca llegó,
porque se fue en remolinos de sangre.
Carmen Amaralis Vega
PROMESA EN LA DISTANCIA
Quieres que seduzca tus contornos,
verme aunque sea un instante,
hirviendo en luz,
diluida en tus ojos.
Y me retuerzo impotente
por tu piel soñada,
culebra rígida,
provocando ardores de lunas y de hiel.
Cuerpo inerte y frío en la distancia,
Imán que hala muy dentro, muy fuerte,
tortura injusta para el alma.
Mas, te digo en sollozos,
prometo entregarme entera con el alba,
salvar distancias con mi brisa en besos,
pidiéndole a la lluvia que moje nuestros cuerpos,
e imaginando delirios entregarnos completos.
Tendrás tu recompensa,
en grata unión sagrada,
ya verás, lo prometo,
la espera será santa.
Carmen Amaralis Vega